Durezas y callos

Tratamiento

Las durezas y callos en las uñas del pie son afecciones comunes que pueden surgir por presión, fricción o factores como el uso de calzado inadecuado, deformidades estructurales del pie o falta de cuidado podológico. El tratamiento debe ser personalizado y llevado a cabo por un podólogo certificado. Aquí te detallo los pasos generales para tratarlos:

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Evaluación inicial:

El podólogo debe:

  • Realizar una historia clínica para identificar posibles causas, como uso de calzado apretado o deformidades (ej. dedos en garra).
  • Inspeccionar las uñas para determinar el nivel de daño, grosor, y si hay infecciones o micosis asociadas.


  • Preparación y limpieza

  • Higiene: Lavar y secar los pies cuidadosamente
  • Desinfección: Aplicar antiséptico para prevenir infecciones antes del procedimiento.
  • Eliminación de durezas y callos

  • Instrumental adecuado: Utilizar una fresadora podológica, bisturí o limas especiales para reducir las durezas de manera segura
  • Técnica profesional: Retirar solo el tejido queratósico (callo o dureza) sin dañar la piel circundante.
  • Corrección de las uñas: En casos donde el callo esté relacionado con uñas engrosadas o deformadas, reducir el grosor de las uñas con fresadora y corregir su forma.
  • Prevención y cuidado posterior

  • Hidratación: Aplicar cremas hidratantes específicas con urea o ingredientes emolientes para mantener la piel suave.
  • Protección: Usar almohadillas protectoras (de silicona o gel) para aliviar la presión en áreas vulnerables.
  • Educación al paciente: Recomendar cambios en el calzado, enfatizando el uso de zapatos cómodos, con puntera amplia y plantilla acolchada.
  • Seguimiento

  • Citas regulares para el mantenimiento de las uñas y la eliminación de durezas recurrentes.
  • Si hay una causa subyacente como una deformidad ósea, considerar tratamientos adicionales como plantillas ortopédicas o derivación a ortopedia.
  • Importante

    No se recomienda intentar remover durezas o callos en casa, especialmente si el paciente padece enfermedades como diabetes, problemas circulatorios o neuropatía, ya que existe un alto riesgo de lesiones e infecciones.

    Un tratamiento profesional regular es esencial para garantizar la salud de las uñas y la piel de los pies.





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